Durante cinco largos meses Laurent Gbagbo (autoproclamado presidente de Costa de Marfil en las elecciones de noviembre de 2010) usurpó el poder al presidente electo, Alassane Ouattara (recluído durante todo ese tiempo junto a su gobierno en un hotel de Abidjan).
Tras una breve pero sangrienta guerra civil,
el 11 de abril de 2011 fue detenido y puesto a disposición de la justicia, cerrando el capítulo más negro de la aún corta historia del país.

martes, 1 de febrero de 2011

"Después de mí, el diluvio"

Lo ha dicho hoy Guillaume Soro, el primer ministro nombrado por el presidente electo Ouattara: "Estoy convencido de que Gbagbo no cederá el poder. Dirá que no a la comisión de jefes de estado de la Unión Africana. Conozco muy bien a Gbagbo después de haber trabajado con él durante tres años. Sé que ha ido demasiado lejos como para echar marcha atrás y estoy seguro de que eludirá  el mandato de la comisión".


El pasado fin de semana, en una solemne cumbre de la Unión Africana celebrada en la capital de Etiopía con la asistencia de la mayoría de sus jefes de estado, se puso en evidencia la falta de firmeza y unanimidad que hubieran sido necesarias para un caso y en un momento como estos. A lo más que se llegó fue al nombramiento de una comisión de cinco jefes de estado (los de Mauritania, Sudáfrica, Burkina Faso, Chad y Tanzania) que buscará "en el plazo de un mes" una propuesta que ofertar a los dos dirigentes para llegar a una solución al conflicto.

Después de dos meses (¡ya!) de crisis, y tras todo tipo de aspavientos (diplomáticos, económicos, políticos) de la comunidad internacional, nada ni nadie han conseguido hasta ahora moverle un ápice de su poltrona usurpada, de la que cada vez parece más difícil apearle.

Mientras, el país asiste atónito a un acelerado proceso de degradación de las condiciones de vida en todos los órdenes:
- salarios públicos a duras penas satisfechos y con pocas perspectivas de mantenimiento a corto plazo;
- empresas privadas que despiden personal o directamente cierran a la espera de tiempos mejores
- graves disfunciones en la operativa de todos los bancos tras la requisa de las sucursales del BCEAO (banco central) decretado por el gobierno (contraviniendo la legalidad de sus estatutos y de los acuerdos de la UEMOA) y el saqueo de sus arcas (más de 200.000 millones de francos CFA) en busca de liquidez para afrontar los gastos;
- capitales e inversores que huyen del país al grito de "sálvese el que pueda", junto con expatriados, directivos o técnicos de empresas multinacionales, forzados al "exilio";
- escasa, casi nula, actividad de la Administración ante el impasse, y deficiente funcionamiento de muchos de los servicios públicos. La ausencia de uno de ellos, la recogida de basuras, en algunos barrios, ha llegado a provocar tales condiciones de insalubridad que se ha producido  un brote de cólera, con el resultado de varios muertos.

Se dice que en un plazo de uno o dos meses el gobierno Gbagbo definitivamente agotará todos los recursos que le permitan cubrir el pago de los salarios públicos y funcionar con una apariencia de "normalidad". Entretanto hay tiempo suficiente para el caos...