Durante cinco largos meses Laurent Gbagbo (autoproclamado presidente de Costa de Marfil en las elecciones de noviembre de 2010) usurpó el poder al presidente electo, Alassane Ouattara (recluído durante todo ese tiempo junto a su gobierno en un hotel de Abidjan).
Tras una breve pero sangrienta guerra civil,
el 11 de abril de 2011 fue detenido y puesto a disposición de la justicia, cerrando el capítulo más negro de la aún corta historia del país.

lunes, 21 de febrero de 2011

En caída libre

Como afirma una de las múltiples versiones de la conocida Ley de Murphy "no hay nada suficientemente malo que no sea susceptible de empeorar".

Ha continuado el cierre imparable de bancos que comenzó la semana pasada (dudándose de si en pocos días quedará alguno abierto) con el consiguiente y brutal impacto que semejante hecho está teniendo sobre empresas y particulares, abocados a un colapso económico inmediato. Ya es materialmente imposible cualquier transacción económica cotidiana (pago o cobro de cheques, transferencia bancaria, ingreso o retirada de capital, abono de nóminas, etc.). En pocos días el común de los ciudadanos (sobre todo de clase media o media-alta) que no haya hecho un acopio excepcional de efectivo, se quedará, literalmente, sin dinero.

El régimen de Gbagbo, asfixiado en lo económico, continúa su huída hacia delante, focalizando el conflicto en una pretendida y delirante conspiración "judeo-masónica" universal (Europa-Sarkozy-Estados Unidos-ONU, etc.), con la que pretende justificar la situación y desde la que progresivamente acentúa la persecución y el acoso a los rivales, personalizados en la figura del presidente electo, sus colaboradores, las fuerzas militares de apoyo y sus partidarios, demonizados hasta la caricatura en la grotesca televisión nacional y los medios adeptos.

Fruto de su estrategia suicida y paranoica son los incidentes de este pasado fin de semana en el que Ouattara había convocado movilizaciones, que comenzó con un inesperado toque de queda anunciado apenas dos horas antes y ha continuado con el acoso policial y militar a "disidentes" en los barrios (Abobo, Koumassi, Treichville), pretendiendo controlar a tiro limpio la formación de marchas o manifestaciones, con el resultado de varios muertos.


Simultáneamente el "Panel" de cinco presidientes africanos que negocia una propuesta de salida de la crisis ("vinculante" para ambos presidentes según declaración de intenciones) se ha personado hoy en Abidjan, excepción hecha del presidente de Burkina Faso, contra el que Gbagbo había dirigido una feroz campaña de hostigamiento destinada a disuadirle de comparecer, como así ha sucedido.

No se espera el menor resultado de tal misión, ni siquiera la materialidad de ser recibidos por los dos presidentes...