Durante cinco largos meses Laurent Gbagbo (autoproclamado presidente de Costa de Marfil en las elecciones de noviembre de 2010) usurpó el poder al presidente electo, Alassane Ouattara (recluído durante todo ese tiempo junto a su gobierno en un hotel de Abidjan).
Tras una breve pero sangrienta guerra civil,
el 11 de abril de 2011 fue detenido y puesto a disposición de la justicia, cerrando el capítulo más negro de la aún corta historia del país.

domingo, 19 de diciembre de 2010

El desafío

Ayer la portavoz del presidente anunció solemnemente la "expulsión" de las fuerzas de la ONU, llamamiento que ha sido ignorado por ésta, aduciendo que lo hace un gobierno no reconocido y por tanto no tiene ningún valor legal, y calificado de "ridículo" por el Primer Ministro Soro por la misma razón.

"No pasarán"
Como en toda dictadura que se precie, el régimen de Gbagbo cierra filas en torno a su líder y se encierra en el caparazón protector de sus fuerzas armadas (se diría que cada vez más divididas y menos convencidas de su apoyo, a juicio de algunos observadores) y su televisión blindada, desde la que, día y noche, machaconamente, se divulgan y repiten consignas y soflamas que demonizan a la comunidad internacional y, sobre todo, al presidente electo, a su gobierno legítimo, y a todas las fuerzas, organizaciones y países que le apoyan, subiendo de tono en su discurso ultranacionalista y xenófobo.

En esta línea, Charles Blé Goudé, ministro del gobierno Gabgbo, autodenominado "general de la calle", celebró ayer sábado un mitin multitudinario en el popular barrio de Yopougon (mayoritariamente progubernamental) en el que realizó un llamamiento a los jóvenes para que estén listos para "librar el combate" y "liberar totalmente Costa de Marfil".


La estrategia del terror
Por otro lado, y en los dos últimos días, si bien reina una calma aparente en la ciudad, e incluso se ha reanudado en algunos barrios la vida "normal" (gente en la calle, alguna actividad comercial, etc.), se han conocido  hechos que denotan una voluntad del régimen de anticiparse a la reacción popular fomentando el pánico entre la población para paralizar cualquier iniciativa:
- se constata la presencia de mercenarios (liberianos o angoleños, según versiones) que estarían cometiendo, con la complicidad de las FDS, asesinatos selectivos contra simpatizantes o activistas pro-Ouattara o sus familias;
- en las comunidades de Abobo y Grand Bassam, el viernes, individuos uniformados y armados tirotearon diversas mezquitas a la hora de la oración semanal [hay que aclarar que el presidente electo Ouattara, de origen musulmán, tiene el apoyo unánime de su comunidad].
- en la madrugada del sábado una patrulla de la ONU fue perseguida y tiroteada hasta su sede también por individuos uniformados, y  se temen acciones de represalia contra su sede.

No news ¿is good news?
Pese a todo, y de seguir la máxima anglosajona, se diría que este inesperado impasse de calma instaurado el fin de semana augura que "algo se cuece" en las altas esferas, pues es extraño que ambos bandos hayan cesado su enfrentamiento abierto y pasen las horas sin iniciativas ni consignas concretas. ¿Algo positivo?

In sha'a Allah!