Durante cinco largos meses Laurent Gbagbo (autoproclamado presidente de Costa de Marfil en las elecciones de noviembre de 2010) usurpó el poder al presidente electo, Alassane Ouattara (recluído durante todo ese tiempo junto a su gobierno en un hotel de Abidjan).
Tras una breve pero sangrienta guerra civil,
el 11 de abril de 2011 fue detenido y puesto a disposición de la justicia, cerrando el capítulo más negro de la aún corta historia del país.

martes, 28 de diciembre de 2010

Última oportunidad para la diplomacia

Hoy se entrevistan con Gbagbo nada menos que tres presidentes (los de Benin, Sierra Leona y Cabo Verde), comisionados por la CEDEAO, para hacerle entrar en razón y pedirle por última y parece que definitiva vez que abandone el poder que detenta de manera ilegítima y contra todo derecho. No hay muchas esperanzas a juzgar por sus últimas declaraciones.


La comunidad internacional es consciente de ello y por eso amenaza desde hace unos días (por boca de la CEDEAO) con el "uso legítimo de la fuerza", que posiblemente correría a cargo de Nigeria con el apoyo entre bambalinas de los Estados Unidos.

Gbagbo ha ido cerrándose todas las puertas y no da ninguna opción. Lo que pase a partir de ahora será de su exclusiva responsabilidad y esperemos que la Historia y la Justicia le juzguen por ello.